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Un año más la Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte de Barcelona, volvió a procesionar la imagen titular de la misma, en la tarde del Viernes Santo desde la Parroquia de Santa Ana de Barcelona. Como viene siendo habitual junto a los congregantes participaron usuarios del Hospital de Campaña de Santa Ana, personas que son atendidas en las dependencias de la parroquia de Santa Ana donde desayunan, meriendan, descansa o usan sus servicios de consigna, asesoramiento o apoyo psicológico si lo requieren. Se trata que junto a la imagen del Cristo de la Buena Muerte desfilen los otros “Cristos” de Barcelona, esos habitantes excluidos, diferentes que parecen no contar en la ciudad y a los que la procesión da visibilidad.

Los Congregantes juntos con los usuarios del Hospital de Campaña que procesionaron, fueron convocados para asistir a los oficios a las 16h 30 min. Acabados los mismos salió la procesión encabezada por la cruz de guía y unos faroles pertenecientes a la Hermandad de la Vera Cruz de Santa Coloma de Gramenet. Tras ellos se situaron los romanos de la Hermandad de Jesús Cautivo y María Santísima de las Arenas de Terrassa, a los cuales agradecemos de forma especial su participación, la cual resultó muy lucida, siendo una de las novedades agradables de la tarde de este Viernes Santo barcelonés. A los romanos egarenses le seguían las filas de penitentes con antorchas y los usuarios del Hospital de Campaña, con cuadros del día a día de dicho Hospital que despertaron la curiosidad del público.

Seguían a los usuarios del Hospital de Campaña una representación de los Caballeros de la Orden del Temple con sede en la parroquia de Santa María Reina, los cuales dieron escolta en todo momento a la imagen del Cristo de la Buena Muerte que este año ha cambiado sus tradicionales varales exteriores para llevar a un hombro, por otros interiores y poder cargar a dos hombros.

La imagen del Cristo estrenaba un sudario realizado por la tesorera de la Congragación Susana Segura y el trono lucía unos candelabros delanteros adquiridos a Pripimar. El adorno floral del trono un año más como desde que fue recuperada la procesión en 2014, corrió a cargo de la floristería de las Ramblas “Flores Carolina”. El acompañamiento musical se limitó a un tambor que marcaba el paso de los costaleros.

La procesión salió de Santa Ana, pasando por la calle Bertrellans, plaza Villa de Madrid Calle D’en Bot, Portaferrissa y se dirigió a la Ramblas para colocarse detrás del paso de la Macarena que había salido a las cinco de la tarde de la parroquia de San Agustín.

El discurrir de la tricentenaria Congregación por las Ramblas fue seguido de forma multitudinaria al igual que por la calle Santa Ana y el Portal del Ángel hasta llegar a la catedral, donde junto con la Hermandad del Gran Poder y la Macarena y la Cofradía de las Angustias fue recibida por Monseñor Juan José Omella, Cardenal de Barcelona. Por parte del Cortejo de la Congregación accedieron a saludar al Cardenal , el presidente de la misma Sr. Manuel Zamora Negrillo, el Consiliario y párroco de Santa Ana Mossén Peio Sánchez Rodríguez, el Vicario Mossén Xavier Morlans i Molina, a presidenta del Consejo de Hermandades Teresa María Comellas Quadern, la representante de los romanos de la Hermandad de Jesús Cautivo y María Santísima de las Arenas de Terrassa la Señora María García Manzanares y de la Orden del Temple de Barcelona Sr. Javier Hernández Marín.

Acabada la reflexión y oración del Señor Cardenal se volvió a montar el cortejo procesional para enfilar el Portal del Ángel y dirigirse hacia la parroquia de Santa Ana donde concluyó la procesión pasadas las nueve y media de la noche.

Los organizadores de la procesión valoran muy positivamente la edición de este año, la cual piensan ha supuesto un salto cualitativo tanto la puesta en la calle como en la emisión del mensaje que se quiere dar.

Gracias a todos y a preparar la edición del 2020.

Buena pascua.

 

 



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