| Siguiendo el ciclo de entrevistas con  Motivo del VII Encuentro Nacional de Mujeres Cofrades, a celebrar en Barcelona  del 7 al 9 de diciembre, le llega el turno al Padre Joan María Mayol, rector  del santuario de la Mare de Déu de Montserrat, el cual será el encargado de  impartir la ponencia inaugural del Encuentro.   |  | 
            
          
          1º)  La Asociación de Mujeres Cofrades de Barcelona le ha propuesto a usted que  imparta la ponencia inaugural de este Encuentro Nacional de Mujeres Cofrades.  ¿Qué mensaje le gustaría transmitir a las cofrades venidas desde diferentes  rincones de España, en su ponencia, con respecto al papel de la mujer en la  iglesia y en particular en las cofradías?
          A través de la historia de la Cofradía  y del Santuario de Montserrat podemos ver como la experiencia sensible de la fe  se incultura en un pueblo y lo lleva a ser evangelizador. El papel fundamental  de esta cofradía lo tiene una mujer, la Mujer del cantar de los cantares, Negra  y hermosa, la Madre del Hijo de Dios, la Mujer vestida de sol, que es, como  canta el himno del Virolai, Princesa de los catalanes y estrella de oriente  para los españoles.  El mensaje es doble:  sed vírgenes y sed madres, tanto para los hombres como para las mujeres. Ser  vírgenes y madres. Vírgenes en el sentido de una fe sin aditivos que resten el  fuerte sabor esencial de la fe y madres en el sentido apostólico de engendrar  más hijos a la fe. La Virginidad de María se expresa en la Iglesia en la  acogida de la Palabra de Dios en la propia vida sin rebajas ni dobleces. La  Iglesia, y por ende los fieles, viven la maternidad como María al pie de la  cruz signo del amor, y haciendo comunidad de oración i de bienes para recibir  la fuerza evangelizadora del Espíritu Santo. 
          El papel de la mujer en la Iglesia va  a la par con el que va adquiriendo en la sociedad. A más formación y  empoderamiento, mejor integración real de igualdad con aquellos con los cuales  son una misma carne y están llamadas a ser con ellos en la fe, un solo corazón.
          Todos y todas, por el bautismo,  participamos del único sacerdocio, profetismo y realeza de Cristo. Es Cristo el  único que no deja de ofrecerse por la salvación de todos y de todas. Cristo,  que es a la vez Dios y hombre, no podía ser a un mismo tiempo hombre y mujer.  El hecho que Dios decidiera que el Verbo se encarnara como varón está en su  inescrutable providencia divina que a nosotros nos corresponde más agradecer  que cuestionar. La actuación del Salvador respecto a las mujeres entró en  contradicción con las costumbres de los rabinos de su época; y eso nos da a  entender que, como comunidad, hay que actualizar todo lo posible las  tradiciones humanas sin menoscabo de la Tradición que nos viene de la Palabra  de Dios.
           
          2º)  En los últimos años el papel de la mujer no sólo dentro de las Cofradías si no  también dentro del laicado ha dado pasos importantes ¿Cómo cree usted estos  avances puede ayudar en el caminar de la iglesia? 
          Con estos pasos va creciendo la  consciencia de igualdad. Esto favorece comunidades en las cuales todos puedan  ejercer los derechos y las obligaciones propias tanto en los ámbitos de  decisión como de servicio.  
           
          3º)  La devoción a la Moreneta ha pasado de generación en generación, devoción que  en muchas ocasiones es transmitida por madres y abuelas. ¿Ustedes perciben esa  labor de la mujer como motor de la piedad popular? 
          La mujer ha sido históricamente la  encargada de la mantener encendido el calor de la fe en la familia haciendo  viva la piedad popular por medio de imágenes y oraciones e introduciendo a los  más pequeños en las tradiciones populares que entrelazan la tierra y la fe. Su  misión ha sido en muchos casos heroica ya que muchas hasta bien avanzada edad  han compartido, por necesidad, trabajo externo y familiar. Las abuelas en su  rol de gratuidad han hecho presente de manera entrañable el amor gratuito e  incondicional de Dios en el cual siempre se puede confiar. 
          4º) Estamos en momentos de gran  increencia, tiempos donde no es que se niegue a Dios, más bien se le ignora.  Aun así, las devociones y prácticas de religiosidad popular gozan de buena  salud. En una entrevista reciente, Nuria Borraz,  la presidenta de la Asociación de mujeres  Cofrades de Barcelona, entidad organizadora de este Encuentro, hablaba de que  la Religiosidad popular puede servir para mantener pequeños lazos de unión  entre la sociedad y la fe y evitar una ruptura total; ponía el ejemplo de  personas alejadas de la iglesia pero  que  subían a Montserrat para celebrar y agradecer la graduación de un hijo, la  consecución de un título, etc. ¿A qué cree usted es debido gocen de buena salud  estas prácticas de la religiosidad popular en medio de la realidad actual?  
          Las tradiciones familiares han  influido mucho en la trasmisión de la piedad popular en las zonas donde en  estos actos es fundamental la participación de la familia, sino de todo el  pueblo. Pero la salud de la piedad popular no ha de medirse solo en el numero  ni en el fondo que son incuestionables, sino también en el grado de acogida del  mensaje salvífico de la fe en una comunidad, su compromiso ético de caridad y  su respuesta misionera.
          Las manifestaciones populares de la  piedad de los ciudadanos, des del punto de vista pastoral, gozará de mayor o  menor salud, en tanto esta ciudadanía que la celebra se sienta ciudadanía del  Santo Pueblo de Dios que tiene su fuente y su culmen en la celebración de la  Eucaristía.
           
          5º)  Usted, además de rector del Santuario es el director de la Cofradía de  Montserrat, cofradía creada en 1223, es decir se encuentra celebrando sus 8  siglos de historia. ¿Cuál es la actividad de la cofradía de Montserrat en  nuestros días? ¿Qué particularidades tiene?  
          La Cofradía cuenta en estos momentos  con unos 4000 cofrades de los cuales tres cuartas partes son mujeres. La  expansión de la corona de Aragón, siglos XIII - XV; el descubrimiento del nuevo  mundo, s XVI, y la devoción de los Austrias hasta Felipe V, ha hecho llegar la  Cofradía prácticamente a los cinco continentes.
          Antes que su misión esta su adhesión a  la vida espiritual de los monjes participando de su espiritualidad y sufragios.  Su misión, como “confrares i confraresses”, así consta en el “Llibre Vermell”,  era contribuir económicamente o en especies al mantenimiento de los caminos que  llevaban al santuario, la asistencia sanitaria de los peregrinos enfermos, al  sustento del culto, el aceite de las lámparas votivas, asegurar el sustento de  los peregrinos que pernoctaban normalmente tres días en el santuario a fin de  cumplir con sus votos que consistían en confesarse, comulgar, una noche de  vigilia ante la Santa Imagen, y visitar las ermitas.   También era dar a conocer la tradición del  encuentro de la santa Imagen y las grandes gracias que la Virgen otorgaba  generosamente a cuantos peregrinos se recogían en su “Cambra Angélica”, y  finalmente facilitar los peregrinajes al santuario.
          Actualmente, dado el nivel social y  económico y las infraestructuras modernas, todo el tema económico de soporte a  servicios esenciales para poder pernoctar en el santuario unos días no se hace  necesario; su finalidad, sin desestimar el aporte económico o de voluntariado  que libremente se puede hacer, se centra en participar de la espiritualidad del  santuario que celebra con piedad la liturgia de las horas, la eucaristía y los  demás sacramentos armonizando con la piedad popular más centrada en la devoción  a la Virgen y a la pasión del Señor dando a si a conocer y hacer amar está  devoción mariana montserratina universal. 
          Es misión de los cofrades y  cofradesas, como laicos y laicas que son, evangelizar des de su vida cristiana,  a través de la piedad popular, en sus ambientes rurales o urbanos, acercando a  las periferias de la fe el núcleo del evangelio: Dios hecho hombre en el seno  de la Virgen como Mesías y salvador para todos.
          Este mensaje esencial, en la Cofradía,  va acompañado por la amistad social que comparte la vida con los más pobres y  la confraternidad universal que a través la de cultura y folclore populares  pone el acento en aquellas manifestaciones populares que mejor escenifican la  fraternidad y la paz como son las comidas populares y, en el caso de Catalunya,  la danza de la sardana.
          ¡Gracias por su amable y generosa  disponibilidad!